Orchestration of senses: a semiotic look at reading mediation
Camila Fernández de Córdova Enrique Mediavilla-Naranjo Resumen En el marco de la reflexión sobre los distintos lenguajes de la literatura infantil, se percibe la necesidad de una aproximación a los aspectos semióticos en la mediación de la lectura. Para ello, se ofrece una revisión teórica que abarca la configuración del libro ilustrado como objeto significativo, la articulación de los códigos visuales con el texto escrito en la construcción de sentidos y la implicación de estos lenguajes en la comprensión de los contenidos literarios. Además, se aborda la relevancia de la figura mediadora como puente entre el libro y la comunidad, y se analizan diversos recursos insertos en sus propuestas estéticas en interrelación con el público y el contexto. En el ámbito metodológico, bajo la mirada cualitativa de investigación, se utiliza la técnica de grupo de discusión que, en este caso, recoge los aportes de exponentes latinoamericanos del campo de la mediación de la lectura. Tras revisar los postulados teóricos a la luz de las reflexiones suscitadas por el estudio, se establece que en el proceso de mediación se añaden nuevos elementos de sentido y significación, al complementar los contenidos del libro con otros lenguajes que subyacen en cada apropiación, interpretación y conformación del acto de lectura. Leer más: https://revistas.unilibre.edu.co/index.php/saber/article/view/6734/6063
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Artículo publicado en el blog de Ana Garralón |
Si bien en Ecuador el panorama de la LIJ ha florecido en los últimos años, cosa que se evidencia en el incremento de la producción editorial, todavía son muy pocas las editoriales independientes que apuestan por la creación de libros arriesgados, con líneas editoriales diferentes, y que se atreven a navegar en el mercado de cara a las grandes editoriales que dominan el paisaje nacional. En esta línea de acción se ubica Manthra Editores, que publica libros de poesía, nanas, haikus, novelas, libro ilustrado y libro álbum, de autores nacionales e internacionales de literatura infantil y juvenil desde el 2006. Su búsqueda permanente gira en torno a la creación de materiales que “generen conocimiento, sensibilicen y comuniquen con el fin de contribuir a la transformación de las personas, las comunidades y la sociedad”. La edición bellamente cuidada de sus libros está a cargo de Leonor Bravo, escritora, ilustradora y especialista en LIJ, quien a lo largo de su vida ha liderado procesos en torno a la visibilización y promoción de la lectura para niños y jóvenes. Uno de los libros, en los que la tipografía, el formato, la ilustración y el texto aportan a la construcción del argumento es Dos cigüeñas, una bruja y un dragón (2008), escrito por Leonor Bravo e ilustrado por Santiago González. Fue seleccionado como parte de la Lista de Honor del IBBY (International Board on Books for Young People). Se trata de un libro novedoso en el que abundan los guiños intertextuales, la fantasía y el humor, y en el que la narración se construye de modo divertido con el diálogo entre un niño y su abuelo, al que se incorporan personajes fantásticos y reales, incluidos el ilustrador y la escritora (metalenguaje). |
PRIMER ACTO
Y sobre lectura va este texto, sobre ese concepto que se ha ido ensanchando, alcanzando nuevas dimensiones e interpretaciones. Leer ha ido transformando su acepción de la mano del desarrollo de los medios de comunicación, los innovadores soportes y formatos, y del reconocimiento de los diversos códigos y signos que se descifran en las distintas etapas de la vida. Como nos dice Teresa Durán,“Leer ya no es sólo decodificar los signos alfabéticos, sino que cada vez más leer es interpretar los signos percibidos por el lector, sean estos del tipo que sean: visuales, gestuales, fónicos, tonales, olfativos, etc.” (Durán, 2010) Al concebir a la ilustración como transmisora de conceptos, sentidos y textos, el ilustrador transforma su cuadro creativo y entiende que el acto de ilustrar trasciende al hecho de crear imágenes meramente decorativas. Ya no sólo se trata de redundar los contenidos propuestos por los autores de los textos escritos sino generar nuevos sentidos, transmitir conceptos, ideologías y escenarios. Permitir que el lector navegue por múltiples estéticas y representaciones de posibles realidades. El ilustrador aporta desde la decisión del estilo gráfico, la técnica y el soporte. La cromática transfiere emociones y significaciones. Los contenidos se construyen mediante el uso de símbolos y su capacidad alusiva o ilusoria. En la ilustración hasta los silencios hablan…
El ilustrador tiene un mal nombre, un nombre equivocado, o anticuado: vuestro trabajo demuestra
bien a las claras que ya no se trata de ilustrar, colorear, subrayar, sino de imaginar, de dar un punto
de vista complementario, que incluso tiene licencia para ser contradictorio, que es la auténtica
mirada al texto del "imaginador".
Gonzalo Moure
bien a las claras que ya no se trata de ilustrar, colorear, subrayar, sino de imaginar, de dar un punto
de vista complementario, que incluso tiene licencia para ser contradictorio, que es la auténtica
mirada al texto del "imaginador".
Gonzalo Moure
Caí casi por encanto en el universo de la ilustración para niños y jóvenes. Si bien había dibujado y pintado toda mi vida, nunca se me había ocurrido pensar en la persona que se encontraba detrás de las imágenes que adornaban, enriquecían y hablaban por sí solas en los libros que pasaban por mis manos. ¿Quiénes eran esos magos del color y de la línea? Me asombré la primera vez que pensé que al igual que en las palabras estaban la mano, la imaginación, los sueños y la vida del escritor, en las ilustraciones también existía una persona que nos hablaba sobre una historia desde sus propios significados. Luego, me sorprendí aún más cuando descubrí que en mi país había gente que se dedicaba a este oficio, que destinaba su tiempo a analizar, interpretar y representar gráficamente los textos desde sus propias lecturas.
Después de más de catorce años de mi primer acercamiento a los ilustradores ecuatorianos, de compartir con muchos de ellos una de las partes más emocionantes de mi vida, de dejarme enseñar, conducir y apasionar; entendí que cada trabajo no es solamente el resultado de un montón de tiempo de formación en técnicas de representación gráfica, en historia del arte, en lecturas de investigación y literatura, en la observación del mundo y de las referencias gráficas de diversas realidades y contextos, sino que además, es una entrega íntima y generosa de una parte de sus vidas, sus sueños, sus ilusiones y sus pasiones.
Después de más de catorce años de mi primer acercamiento a los ilustradores ecuatorianos, de compartir con muchos de ellos una de las partes más emocionantes de mi vida, de dejarme enseñar, conducir y apasionar; entendí que cada trabajo no es solamente el resultado de un montón de tiempo de formación en técnicas de representación gráfica, en historia del arte, en lecturas de investigación y literatura, en la observación del mundo y de las referencias gráficas de diversas realidades y contextos, sino que además, es una entrega íntima y generosa de una parte de sus vidas, sus sueños, sus ilusiones y sus pasiones.