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Intervención  en la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2012

1/14/2015

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Imagen
El ilustrador tiene un mal nombre, un nombre equivocado, o anticuado: vuestro trabajo demuestra
bien a las claras que ya no se trata de ilustrar, colorear, subrayar, sino de imaginar, de dar un punto
de vista complementario, que incluso tiene licencia para ser contradictorio, que es la auténtica
mirada al texto del "imaginador".


Gonzalo Moure


Caí casi por encanto en el universo de la ilustración para niños y jóvenes. Si bien había dibujado y pintado toda mi vida, nunca se me había ocurrido pensar en la persona que se encontraba detrás de las imágenes que adornaban, enriquecían y hablaban por sí solas en los libros que pasaban por mis manos. ¿Quiénes eran esos magos del color y de la línea? Me asombré la primera vez que pensé que al igual que en las palabras estaban la mano, la imaginación, los sueños y la vida del escritor, en las ilustraciones también existía una persona que nos hablaba sobre una historia desde sus propios significados. Luego, me sorprendí aún más cuando descubrí que en mi país había gente que se dedicaba a este oficio, que destinaba su tiempo a analizar, interpretar y representar gráficamente los textos desde sus propias lecturas.

Después de más de catorce años de mi primer acercamiento a los ilustradores ecuatorianos, de compartir con muchos de ellos una de las partes más emocionantes de mi vida, de dejarme enseñar, conducir y apasionar; entendí que cada trabajo no es solamente el resultado de un montón de tiempo de formación en técnicas de representación gráfica, en historia del arte, en lecturas de investigación y literatura, en la observación del mundo y de las referencias gráficas de diversas realidades y contextos, sino que además, es una entrega íntima y generosa de una parte de sus vidas, sus sueños, sus ilusiones y sus pasiones.
No sería exagerar el decir que desde que me decidí por esta aventura, a la mano de un pincel y un ratón, no he parado de encontrarme con gente maravillosa que ha sabido encaminarme con amable generosidad. Es por eso que cada vez que intento contar mi recorrido debo detenerme en muchas otras historias que son las que me han construido desde múltiples perspectivas, aquellas de quienes ahora son mis maestros, mis colegas y mis amigos, mis grandes influencias…

En sus inicios, por lo general, los libros ecuatorianos para niños y jóvenes eran ilustrados por pintores. Destacan Tábara, Viteri, Almeida, Kingman, Ramiro Jácome y Nelson Jácome. Este aspecto irá cambiando en la medida en que aumenta la producción editorial y la ilustración se comienza a percibir como una profesión paralela pero independiente a las artes plásticas.

Según Manuel Peña Muñoz (2010) una de las principales características de los libros de literatura infantil y juvenil ecuatoriana, desde la década del 90, es el desarrollo de nuevas técnicas de impresión, que favorecen la profesionalización en el ámbito del diseño y la ilustración, dando lugar a una “gran calidad estética en sus ediciones”. (p. 489) El cuidado de las ediciones, en cuanto a color y papel, aportó en gran medida a la imagen de los ilustradores, pues se pudo empezar a apreciar de mejor modo la calidad de sus trabajos.

A finales del s. XX, ya se comienzan a notar esfuerzos por desarrollar actividades, en torno a la ilustración y los ilustradores, desde la ADG (Asociación de Diseñadores Gráficos), como el Seminario Internacional de ilustración de literatura infantil, al que asisten especialistas de Brasil y Colombia, y el Concurso Nacional de ilustración en dos ediciones: Viaje por el País del Sol (1995), que se publicó en el ”primer libro infantil de gran formato, con 70 ilustraciones a todo color” (Bravo 2010: p 12) que reúne la obra de más de 30 ilustradores ecuatorianos; y Galápagos: Primer patrimonio Natural de la Humanidad (2003), cuyos ganadores y finalistas se publican en la revista Papagayo.

Sin embargo, no será hasta la primera década del siglo XXI, cuando la producción de libros para niños y jóvenes se multiplica, en que el ilustrador empieza a ser reconocido como un sujeto importante e imprescindible en el medio editorial. Sale de la oscuridad: en la mayoría de colecciones su nombre ya aparece en la portada, y las editoriales dejan de quedarse con los originales. Se trata de una época de fortalecimiento de la identidad del ilustrador, que ve a la ilustración no solamente como una fuente de ingresos, sino como una especialización profesional y un modo de vida. Ya existen referentes nacionales, ilustradores con una gran trayectoria y formación, tanto técnica como conceptual, que se dedican exclusivamente a este oficio y que se encargan de formar a ilustradores más jóvenes que tienen interés en desarrollarse en este campo.

En el 2005 aparece Girándula, Asociación Ecuatoriana del Libro Infantil y Juvenil (iBbY Ecuador) que agrupa a escritores, ilustradores, editoriales, librerías, maestros, bibliotecarios y promotores del libro infantil y juvenil. Se organizan exposiciones itinerantes de ilustradores ecuatorianos, en el marco de la Maratón del Cuento, además de muestras, talleres y conferencias con grandes ilustradores internacionales. Estos encuentros, además de generar intercambios de conocimientos, también crean inquietudes en torno a lo que pasa en el universo de la ilustración de literatura infantil y juvenil en otros países, y despiertan deseos de alcanzar un mayor grado de desarrollo en este campo y de conseguir mejoras en lo referente a ámbitos complejos como el del derecho de autor. Según Fanuel Díaz, en la conferencia que presentó en Quito, en el Encuentro internacional de escritores. La literatura infantil y juvenil en escena (2011), el fortalecimiento del intercambio con autores e ilustradores extranjeros produce una suerte de “proceso de préstamo” que enriquece todos los ámbitos de la literatura infantil y juvenil. Otras exposiciones colectivas importantes, que caben ser mencionadas, fueron Quito Chiquito, en el Museo Camilo Egas y El país de los colores, en la galería Artes, ambas en el 2007.

En la actualidad los ilustradores cuentan con dos espacios importantes: la Red de Ilustradores del Ecuador, que reúne a profesionales de diferentes áreas en el campo de la ilustración, y que pretende ser un espacio para debatir, exponer y dialogar sobre las distintas temáticas en torno a la ilustración, así como difundir los trabajos y defender los derechos de autor y el valor de las ilustraciones; y el Blog de ilustradores ecuatorianos que difunde información sobre ilustradores ecuatorianos y actividades en torno a la ilustración. Algunos ilustradores son reconocidos en el medio internacional de los libros para niños y jóvenes, se han logrado abrir espacios en el extranjero pero no han dejado de participar del medio nacional. “La calidad de la ilustración ha sido indudablemente un gran aporte al desarrollo de la literatura infantil en el país, así como a su difusión y promoción.” (Bravo 2010: 21)

La cantidad de ilustradores ha crecido notablemente en la medida en que también ha aumentado la producción editorial. Aparecen nuevos rostros, ilustradores jóvenes, que ven a la ilustración como una profesión seria y enriquecen la gráfica de los libros y el mercado editorial desde nuevas perspectivas e influencias, con una variedad estilística y, técnica que se evidencia en las últimas publicaciones. Se han ampliado los rangos estéticos que se ven atravesados por nuevas corrientes inspiradas tanto en el arte mural, como en las gráficas de las culturas precolombinas e indígenas, buscando recuperar aspectos gráficos de las pueblos ancestrales, pero desde los nuevos enfoques que permite la era virtual.

Cada día los ilustradores dedican más esfuerzos en formarse, en lograr que la importancia de sus trabajos sea reconocida en el medio editorial, y en cambiar los criterios que consideran a las ilustraciones como meros elementos gráficos decorativos, cuya principal función es la de volver atractivo al libro/producto a un posible lector/comprador, convirtiendo al ilustrador en una herramienta de marketing. Se busca demostrar que la ilustración es mucho más que eso: es una representación gráfica de la realidad, una imagen narrativa, un “arte instructivo” (Durán 2005: 241), con su propio lenguaje, sus elementos y sus códigos, que enriquece el conocimiento y la percepción del universo y, que fortalece el desarrollo social y cultural.

En este contexto de cambio, de construcción, de visibilización, de auge, de agrupación de apropiación de espacios, de formación, de aprendizaje, y de reivindicación de nuestros derechos aparece la propuesta de “Ilustres Ilustradores”...

Ilustres Ilustradores nace de una iniciativa de La Secretaría de Cultura del MDMQ, la revista Qulturas y el Centro Cultural Metropolitano y de las inquietudes e ideas de ilustradores independientes y pertenecientes a distintas agrupaciones. Ilustres Ilustradores se autodefine como

“(…) un ejercicio histórico que desea aportar a la memoria cultural ecuatoriana con el primer
catálogo de profesionales de la Ilustración que viven dentro y fuera del país. No representa a un grupo específico de ilustradores, nos representa a todos los ilustradores ecuatorianos que
trabajamos de forma entregada y profesional. Este ejercicio histórico busca reivindicar el valor de la ilustración dentro del mercado comercial del Ecuador, que penosamente durante muchos años ha tratado a la ilustración de forma injusta y poco reconocida, violando derechos básicos de autor y edición o pagando pobremente por un trabajo muy complejo que aporta positivamente a piezas de comunicación variadas.” (2011).

El proyecto, además de contar con un libro, que recoge una muestra representativa de los ilustradores que actualmente ejercen en el medio profesional del país, también consiste en una exposición a gran formato (tamaño A1), que estuvo abierta al público en diciembre de 2011 y enero de 2012 (durante un mes y diez días) en el Centro Cultural Metropolitano, y que busca ser itinerante en varias ciudades del Ecuador y con proyecciones internacionales. En el contexto de la muestra se realizó un ciclo de intervenciones, conversatorios y ponencias dictadas por importantes representantes de la ilustración ecuatoriana, con temas afines a la ilustración:

- Eduardo Villacís, uno de los más grandes ilustradores del Ecuador, artista plástico, creador de videojuegos, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito, presentó un conversatorio hilarante y lleno de astucia y creatividad: “El espejo humeante” exposición de arte e ilustración itinerante internacional.

- Alberto Ruiz, ilustrador ecuatoriano erradicado en Estados Unidos de Norteamérica, conversó con el público sobre su experiencia como ilustrador para grandes publicaciones internacionales y la creación de Brandstudio Press, editorial independiente de libros de arte para artistas gráficos, que promueve la autopublicación.

- Luis Bencomo, Artista cubano - ecuatoriano, catedrático del Instituto Metropolitano de Diseño, compartió sobre técnicas y conceptos culturales en ilustraciones surrealistas.

- Kiko Rodríguez, impartió una charla sobre conocimientos técnicos, creativos y conceptuales en la caricatura personal, sus procesos de investigación, influencias, elección de técnicas, anécdotas y vías de comercialización alternativas para un caricaturista profesional.

- Pedro Hernández Dopico, gran maestro de ilustración, centro su intervención en “Las técnicas e influencias de la ilustración creativa”.

- Diego Lara Saltos (Neuropuerto) y Jose Luis Jácome (Dogma), conocidos creadores, investigadores y artistas gráficos, dictaron un taller, abierto al público en general, sobre la creación autogestionada de FANZINES.

- Eulalia Cornejo, una de las más importantes ilustradoras ecuatorianas, ícono de la ilustración infantil nacional, compartió sus procesos personales en el momento de la creación de sus magníficas obras, con una conferencia denominada “El mundo de ilustrar”.

- Eddie Crespo, ilustrador, escultor, artista plástico e historiador de la ilustración nacional compartió su visión dinámica de los orígenes de la ilustración en Ecuador.

- Santiago Cevallos, representante del IEPI (Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual), dicto una conferencia sobre “Derechos de autor en las artes gráficas”.

Al final del ciclo de charlas y conferencias, se realizó un taller abierto en el que los ilustradores compartieron sus experiencias con la comunidad. Creo que el tipo de proyectos, al que pertenece Ilustres Ilustradores, no sólo es un acto de homenaje al trabajo de aquellos ilustradores que son parte del medio desde hace ya muchos años, y cuentan con un merecido reconocimiento, sino también hacia todos los que se han ido sumando en el camino, a los que todavía siguen ocultos en las letras pequeñitas de los créditos de los libros, a los que recién empiezan el trayecto enseñándonos desde nuevos estilos y cromáticas, y a los que se encuentran oscurecidos por el anonimato. En definitiva, a todos los que hacen de este oficio un espacio digno y maravilloso en el Ecuador.
...en el hombre y en la mujer el buen nombre es la joya más inmediata a sus almas. 
Quien me roba la bolsa, me roba una porquería, una insignificancia, nada; 
fue mía, es de él y había sido esclava de otros mil; pero el que me hurta mi buen nombre, 
me arrebata una cosa que no le enriquece y me deja pobre en verdad.

William Shakespeare
  • Bravo, L. (2010) Historias a dos voces. Literatura y plástica para niños y jóvenes en el Ecuador: pp. 5 – 31, 167 – 240, Quito: Girándula.
  • Díaz, F. (2011) ¿Literatura infantil latinoamericana? En el marco de la conferencia Encuentro internacional de escritores. La literatura infantil y juvenil en escena
  • Durán, T (2010) Efectos y afectos derivados de la lectura visual del libro-álbum. En: Cruce de miradas: Nuevas aproximaciones al libro-álbum: pp. 186 – 203, Caracas: Banco del Libro – GRETEL.
  • Durán, T. (2005) Ilustración, comunicación, aprendizaje, en Revista de Educación, num. Extraordinario: pp. 239 – 253, Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia.
  • Peña Muñoz, M. (2010) Historia de la literatura infantil en América Latina: pp. 489, 506, Santiago de Chile: Fundación SM.
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